¿Qué es la disbiosis intestinal?

disbiosis

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En una situación idónea nuestra microbiota se encuentra en un estado de equilibrio conocido como eubiosis, donde conviven bacterias beneficiosas con otras potencialmente patógenas sin causar ninguna alteración. Sin embargo, este ecosistema puede perder este equilibrio dando lugar a lo que conocemos como disbiosis.

Causas de la disbiosis intestinal

La gravedad de la disbiosis dependerá de la causa que la haya ocasionado.

Hablaremos de una disbiosis transitoria cuando haya una disminución de bacterias beneficiosas o bien un incremento de las potencialmente patógenas, mientras que nos referimos a disbiosis patológica cuando ambas alteraciones ocurren de forma simultánea. Este segundo caso es indicativo de problemas más graves de salud que suelen venir provocados por una enfermedad intestinal como el Síndrome del Intestino Irritable (SII), la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) o celiaquía e incluso extraintestinales como alergias, obesidad, enfermedades cardiovasculares, etc. Al mismo tiempo, la disbiosis transitoria suele relacionarse con factores externos sobre los que podemos actuar como, por ejemplo:

  • Una dieta inadecuada: Cuando nos referimos a una dieta inadecuada, hablamos de una alimentación rica en ultraprocesados, grasas y azúcar y pobre en fibra. Se ha estudiado que reduce la presencia de bacterias que a partir de degradar la fibra producen ácidos grasos de cadena corta. Las funciones de estos ácidos son infinitas, y tienen un papel clave en la homeóstasis intestinal. Principalmente, sirven como fuente de alimento para las células de nuestro colon, refuerzan la integridad de la pared intestinal y tienen efecto antinflamatorio. Por tanto, su disminución, conduce a un estado de permeabilidad intestinal. Es decir, favorece el paso de sustancias tóxicas hacía nuestro organismo. En conjunto, esto puede causar un estado de inflamación crónico, que como bien sabemos es uno de nuestros grandes enemigos porque favorece el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas.
  •  Actividad física insuficiente. La falta de ejercicio o de práctica deportiva tiene efectos en la salud metabólica y en la fortaleza del ecosistema de microorganismos intestinales.
  • Consumo de alcohol y tabaco. Ingerir bebidas alcohólicas, aunque sea en bajas dosis, favorece la absorción de sustancias perjudiciales, puesto que debilita la barrera intestinal. Por su parte, fumar reduce el número de especies de microbios en el intestino delgado, según estudios recientes.
  • La toma de antibióticos: La toma de antibióticos es útil para eliminar aquellas bacterias patógenas que nos enferman. Sin embargo, de manera colateral también eliminan algunas bacterias beneficiosas, lo que puede favorecer al crecimiento de algunas potencialmente patógenas como Clostridium Difficile, derivando en los efectos típicos de una infección intestinal e incluso inflamación del colon que conocemos como colitis. Es importante mantener un uso responsable de los antibióticos, especialmente en edades tempranas donde su consumo elevado puede desencadenar disbiosis intestinal en el adulto.
  • El estrés: Otro factor que puede sorprender más porque aparentemente no tiene una relación directa con el intestino, sin embargo, sí que la tiene, que es lo que conocemos como eje intestino-cerebro. ¿Qué efectos tiene exactamente? Bien, se ha demostrado que el estrés prolongado disminuye la presencia de bacterias beneficiosas como las bifidobacterias, que a través de la producción de distintas moléculas modulan nuestro sistema inmunitario. Además, este eje de comunicación es bidireccional y cuando la microbiota se ve alterada deja de regular los niveles de cortisol y adrenalina, favoreciendo situaciones de ansiedad, depresión y estrés, entre otros. Y aún más importante, el intestino produce hasta el 70% de tu serotonina, y su desequilibrio repercutirá directamente en tu felicidad.

 

Señales de alerta: síntomas de una posible disbiosis intestinal

¿Cómo saber si padecemos de disbiosis intestinal? Nuestro organismo puede presentar diversos síntomas que nos alertan de un posible desequilibrio de la microbiota. Estos son algunos de los más habituales:

  • Malestares digestivos: el estreñimiento combinado con períodos de diarrea, la flatulencia, las digestiones pesadas y la hinchazón abdominal puede indicarnos que estamos padeciendo disbiosis intestinal.
  • Dolores musculares: la disbiosis puede manifestarse también en dolor y debilidad muscular, agujetas y cansancio fuerte, que se presenta sin motivo aparente.
  • Dolores de cabeza: otra señal de desequilibrio de la microbiota son los dolores de cabeza y las migrañas. Próximamente subiremos una nueva entrada en el blog hablando sobre la relación entre el aparato digestivo, los microorganismos que habitan en él y el sistema nervioso, también conocida como eje intestino-cerebro. ¡Apúntate a nuestra newsletter en la parte inferior de esta página para estar al día!
  • Trastornos en la piel: la irritación cutánea, el picor y el acné pueden indicar una descompensación en la microbiota. Más adelante también hablaremos sobre el rol de la microbiota en la afecciones de la piel. ¡No te lo pierdas!

 

¿Cómo se detecta la disbiosis intestinal?

Análisis disbiosis intestinal

Para identificar un desequilibrio de la microbiota se puede analizar la abundancia de diferentes bacterias indicadoras del estado de equilibrio de la microbiota intestinal. Las dos bacterias principales que se analizan son las bacteruas F. prausnitzii, una especie de bacterias encargadas de proteger la mucosa intestinal vs la bacteria E. coli, una especie de bacterias que puede causar inflamación. Si la abundancia de E. coli es más que F. prausnitzii se asocia con un desequilibrio en la microbiota. En consecuencia, si no se trata hay un riesgo de desarrollar alguna enfermedad digestiva.

Por otro lado, generalmente en los test de microbiota intestinal también se analiza la presencia o no de microorganismos oportunistas que pueden alterar el equilibrio de la microbiota:

Escherichia coli (E. coli)

Es una bacteria muy común que habita en nuestro intestino y generalmente tenemos controlada su abundancia. No obstante, a veces debido a factores externos o internos puede aumentar su abundancia, modificando la composición de nuestra microbiota intestinal, provocando posibles infecciones. Una de las causas de esta proliferación puede deberse a haber ingerido algún alimento que contenga esta bacteria.

Candida albicans

Es una levadura oportunista que también habita en nuestro intestino, sin embargo, su crecimiento puede causar molestias digestivas. Es muy común en personas con enfermedades intestinales. Las causas del crecimiento excesivo de Candida albicans puede deberse a un consumo excesivo de hidratos de carbono, alcohol, ciertos medicamentos, estrés crónico y personas inmunodeprimidas.

M. smithii

Es una bacteria productora de metano que habita en nuestro intestino y contribuye en algunos procesos de digestión. Estudios observaciones muestran una fuerte asociación entre el tránsito intestinal lento y la producción de metano.

Enterococcus sp

Es una bacteria encargada de descomponer proteínas y derivados. Un sobrecrecimiento de esta bacteria se asocia a diferentes enfermedades digestivas como la Enfermedad Inflamatoria Intestinal.

 

Tratamiento y prevención disbiosis intestinal

Cuando existe una situación de disbiosis intestinal o desequilibrio de la microbiota intestinal, puede ser debido a  un sobrecrecimiento de bacterias potencialmente patógenas o a una disminución de bacterias protectoras dando lugar a la perdida de equilibrio en nuestra microbiota.

Por ello, es importante estudiar el estado de la microbiota intestinal a fin de identificar qué bacterias están provocando esta disbiosis y recomendar el tratamiento más adecuado. Éste debe ser personalizado ya que dependerá de la causa que provoque la disbiosis.

No obstante, la prevención es el mejor tratamiento para tener una microbiota intestinal en equilibrio. Podemos actuar sobre algunos factores externos para evitarlos y tener en cuenta estos gestos sencillos que nos ayudaran a cuidar y mejorar nuestra microbiota día a día:

  • Desinfectar la fruta y verdura con agua y jabón: pueden contener bacterias como coli y Salmonella sp., que pueden afectar al equilibrio de la microbiota causando molestias digestivas.
  • Actividad física regular: busca, aunque sean 15 minutos, hacer algo de ejercicio. Esto favorecerá el movimiento de tus intestinos y la microbiota intestinal se verá beneficiada.
  • Mastica correctamente: para que el aparato digestivo pueda trabajar mejor.
  • Mantente hidratado: toma la cantidad de agua adecuada, no esperes a tener sed para beber agua, evita el consumo de bebidas alcohólicas para preservar el equilibrio de tu microbiota.
  • Aumenta la variedad de frutas y verduras: su riqueza nutricional es muy beneficiosa para tu salud intestinal.
  • Reduce el consumo de alimentos con alto contenido de azúcares y grasas saturadas, así como los ultraprocesados: el consumo de este tipo de alimentos favorece a situaciones de inflamación y malestar digestivo y, por ende, a un desequilibrio en la microbiota.
  • Organiza tu día a día para minimizar situaciones estresantes: numerosos estudios apuntan la relación entre el intestino y el cerebro por la alteración que situaciones estresantes causan en la composición de nuestra microbiota
  • Asegura un descanso diario suficiente: un sueño de mala calidad está relacionado con el estado de la microbiota intestinal, que al mismo tiempo afecta a la salud general del organismo.

 

En conclusión, los síntomas de la disbiosis, así como sus causas, pueden ser múltiples y producirse de manera específica en cada persona. Un diagnóstico correcto del tipo de desequilibrio que afecta a la microbiota intestinal es esencial para establecer las pautas de tratamiento que nos llevarán a revertirlo.

 

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